El efecto del querer


El efecto del querer

Nos conocimos como dos jóvenes de vidas, deseos, pensamientos y gustos distintos.
Aunque sólo estaba en primero de secundaria, mis emociones se centraban vagamente en ti, fue tan extraño que naciera un enamoramiento tan fugaz, era imposible de negarlo.
Aun era un principiante con aquel tema “el amor”, pero eso no significó que no lo quisiera intentar.
Al darme cuenta ya habían pasado tres años muy largos llenos de nuevas experiencias, pero mi “amor” seguía intacto, sentía que eras una especie de musa, tu imagen en mi mente era incansable y bastaba mirarte para escribir un sueño imaginado.
Luego supe que ya tenías un amor, un amor que no entendía ni aceptaba, me negaba a vivir con una sonrisa que no era mía, no me di cuenta, ya habías tomado una decisión.
Me resigné a tu falso amor, sonrisa, abrazos, -confortable, pero insuficiente.
Era toda una ilusión contigo, una fantasía en donde sentíamos lo mismo, o al menos eso era lo que quería.
Pero esa falsa realidad llegó al extremo, bastaba mirarte para que mi cuerpo expulsara afecto de la nada.
Esto se convirtió en algo enfermizo, algo crónico, esto me consumía cada vez más.
Decidí conquistarte, todo el tiempo pensaba en eso-te miraba, eso te agradaba.
Te tocaba muy suavemente, te llenaba de adulaciones eras mi reina en ese momento.
Y di el paso final, te dije que me gustabas y que quería estar contigo, pero no fue lo que esperaba porque me respondiste con un “no sé”.
Bueno, al menos ese no sé me hizo pensar que sí sentías algo por mi.
No me resigné a perder una segunda oportunidad, así que luego de 1 mes de planear o tratar de vocalizar lo que iba decirte en ese momento llegó la hora, te busqué y te miré a los ojos y empecé a hablar - muy fijamente me observaste, fue entonces que dije “intentarías algo conmigo, qué dices? ”, todo sucedió tan velozmente que tu respuesta fue la misma, lo pensé muy detenidamente y te dije que no había problema.
El mismo día que me dijiste que nó, el maldito destino me jugó una mala pasada , sin saber lo que pasaba decidí salir de mi casa y caminar, ahí fue cuando te vi dándole un beso a otro que no era yo …
Maldita sea, mi cuerpo empezó a palpitar con escalofríos, ahora es cuando me doy cuenta del cambio instantáneo de emociones al ver a alguien que te traicione.
Un sentimiento de odio y desprecio nace dentro de mí.
El arte del engaño es tu oficio, pero ese don te costará muy caro

Trataste de hacerlo una vez mas, lástima que llegué en el momento preciso para ver tu actuación fallida.

El daño empieza ahora, nuestra amistad no fue dañada y siguió creciendo, te fui agradando cada vez mas, ahora no era yo el que demostraba mi amor ante tu amistad, porque tu misma me insinuabas tu amor.
Tomé ventaja de eso, y di el golpe final, una vez mas te pregunté si querías intentar una relación conmigo , pero fue diferente, puesto que ahora tu respuesta fue un sí.
Hoy puedo decir al fin, somos una pareja
Una relación destinada a marchitarse , muy bella, pero la realidad es otra.
Demasiado absurdo fue lo que me hiciste, pero eso derrumbó a mi corazón.
Enfrento mi realidad, saber que ya no estarás.


Te digo mujer, que ahora eres lo peor que pudo haber pasado en esa vida, me traicionaste de una manera tan trivial , estúpida e inmoral.
Siempre estuve atento a tus acciones, y no creas que soy un idiota, maduré en ese lapso de una manera veloz.
Me traicionaste, sólo eso me vale ahora, me traicionaste, tu lo causaste primero.
Hiciste que mis palabras valieran una mierda, ten en cuenta eso.
Tanto era el amor que sentía por ti que decidí no decirte ni reclamarte por lo que hiciste, me hice el que nunca vio nada.

En una ocasión especial conocí a una mujer de cabello largo como el río que cae en la boca del mar, unos ojos grandes, su boca, que me llevó hacia el pecado, sus pechos que me atrajeron como la luna atrae al mar, adulaba cada parte de su cuerpo, sentía que era especial, el único defecto fue que eras de otro hombre.
Ella me dijo que porqué estaba contigo mujer ,y le respondí que todo lo que buscaba lo encontraba en ti, aunque no era del todo cierto.
Ella sonrió y lentamente se fue acercando , mi corazón palpitaba tanto que mis manos deseaban tocarla, de pronto sentí su cuerpo cálido, un beso.
Un beso, tan ardiente como el centro del sol, me diste un beso, no entendí porque?
De pronto sentí que te estaba traicionando, aunque el beso fue acalorado y largo de tiempo, no pude mas ,ese beso me dejó una marca en los labios.
Me sentía excitado y a la vez un vil por la traición que ejecutaba, pero no, ya que mi principio es el de proclamar la carne viva, la suya propia por sobre la letra muerta ; concibo todos los poderes y los gasto en los placeres, usando las traiciones como combustible para celebraciones blasfemas donde me rindo culto a mi mismo, donde lo que me gusta es bueno y lo que no malo, donde no hace falta creer en nada y donde nadie me dirá que cosa hacer o no hacer.

Me reunía con ella pocas veces, pero era un momento maravilloso lleno de caricias vanas, besos fuertes y sexo vigoroso. Lástima que la visita fuera corta.

En los momentos de intimidad con mi pareja, no sucedía nada aunque era inminente nuestro afecto que quería manifestarse de una manera distinta.
Luego de unas semanas empezaste a comportarte de una manera hostigante, muy celosa y arrogante.

Sólo esperaba el momento preciso para decirte a la cara lo mucho que te detesto y el de las malas jugadas que me hiciste, me hiciste mucho mal.
La última pelea está apunto de empezar.
¿Por qué me sacas en cara que no soy bueno contigo?
¿Por qué me dices que nuestro amor se vuelto una carga?
¿Por qué me dices que esto no puede acabar hoy?

Como explicarte, eras el universo para mí, pero el momento preciso a llegado.

Me cansé de tus problemas, ya estoy harto de ti !
Me cansé de oír tus gritos locos, tu basura y tus insultos, te golpeé y te arrojé al piso, ahí fuiste agonizando, te eché cerveza, sangre, hielo y ahora tomo en tu nombre.
No me importa si muero, si me pasa un camión por la cabeza, no me importa morir.
Tu cuerpo se carcome y las moscas besan tus heridas sangrantes y coaguladas.
Una larva negra sale de tu vientre, que olor tan hediondo, entra y sigue comiendo.
Lo que un día fuiste nomás, la muerte absurda te llegó y yo vacilo en licor y gozo.
Pero sin embargo igual eras una basura. Todo era una horrible infección.
Mujer ingrata ahora tu estás muerta y yo vivo.
Gusano infeliz, síguetela comiendo beso a beso, día a día, hora a hora
Gusano infeliz, muérdela, dale la ternura que merecía esa maldita mujer.
Gusano infeliz, te comes,...lo que un día, YÓ comí primero.

2 comentarios:

  1. Sorprendete! Me sorprendiste una vez mas. En fin....Ya te parece lo que escribo...tenemos algo en común claro influencia de Baily...Ja! Por defecto la gente pensara que escribimos basura. Mundo Mundo!!

    ResponderEliminar
  2. ¿Qué es la vida sin caprichos?
    El mío es escribir.

    ResponderEliminar